Nunca se imaginó que sería tan duro ser madre. Todas las mañanas, ordena los juguetes desparramados de la habitación. Luego, le lava la ropa. A media mañana, comienza a preparar la comida favorita de su hijo. Al mediodía, lo espera en la vereda a que vuelva del colegio. Por la tarde, organiza el resto de la casa. A la noche, ensucia la ropa y desordena meticulosamente los juguetes, poniéndolos exactamente donde él los había dejado la noche del accidente.
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