JORGE AGUIAR22 ago 20181 Min. de lecturaPrófugoAl tercer día, el sepulcro apareció vacío. De él no se supo más nada: desde entonces vivió escondido por miedo a que lo crucificaran nuevamente.
Al tercer día, el sepulcro apareció vacío. De él no se supo más nada: desde entonces vivió escondido por miedo a que lo crucificaran nuevamente.
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